Oficialmente,
nadie habla. Pero incluso antes de que termine 2016, la elección
presidencial de 2020 en Estados Unidos acapara el espíritu de la
convención republicana en Cleveland.
CLEVELAND —
Oficialmente, nadie habla. Pero incluso antes de que termine 2016, la
elección presidencial de 2020 en Estados Unidos acapara el espíritu de
la convención republicana en Cleveland.
Las grandes reuniones políticas
estadounidenses han sido siempre el lugar ideal para presumir de los
propios méritos, contar la versión personal del “sueño americano” y
allanar el camino para la cita electoral.
Aunque también quieren un concierto
sin notas falsas para el candidato a la Casa Blanca a corto plazo, la
elección de Cleveland tiene un perfume particular.
Algunos no ocultan sus reservas:
“Como republicano, es trágicamente imperfecto, y es incapaz de ser
presidente”, lamentó sin rodeos Regina Thomson, delegada de Colorado,
durante el primer día de la convención al hablar de Donald Trump.
Entre los militantes y los
legisladores del partido, Trump, quien arrasó con todo a su paso en las
primarias, interpela, molesta y divide. Sus posturas abruptas, su estilo
agresivo, a veces vulgar, también hacen temer una pérdida de la mayoría
republicana en el Senado o en la Cámara de Representantes en las
elecciones del 8 de noviembre.
Pero si Hillary Clinton gana las
presidenciales ese día y da a los demócratas un tercer mandato
consecutivo en la Casa Blanca, algo no visto desde la Segunda Guerra
Mundial, el el Partido Republicano será un bando en ruinas.
En caso de derrota, todo aquel que importa dentro del partido querrá estar bien posicionado a la hora de la reconstrucción.
“La mayor parte de los dirigentes del
partido piensan que Trump va a perder”, subraya el politólogo Larry
Sabato, de la Universidad de Virginia. “Ellos no le deben nada, muchos
de ellos jamás se han reunido con él”.
¿17 candidatos?
Esta situación singular pone a los
tenores republicanos en una danza extraña, como la que practica desde
hace varios meses Paul Ryan, uno de los más influyentes personajes de
Washington.
El compañero de fórmula de Mitt
Romney, candidato que fracasó en las presidenciales de 2012 ante Barack
Obama, se convirtió en el presidente de la Cámara de Representantes.
Aunque intenta disimular sus
ambiciones por la Casa Blanca a mediano plazo, al precio de
espectaculares contorsiones políticas, terminó por apoyar a Trump ante
su inobjetable ventaja en las primarias.
El martes en Cleveland, sólo algunas
horas después de que Trump fuera investido oficialmente como candidato
republicano a la Casa Blanca, se mostró durante un discurso tranquilo y
con tono pedagógico.
“Vamos a ganar”, dijo Ryan, reflejando su postura ambivalente: Ni ataques frontales, ni respaldo claro.
En un editorial venenoso, el diario
The New York Times denunció el miércoles el “oportunismo” y los pequeños
cálculos del “que fue un hombre político prometedor”.
Otros en Cleveland, tienen los ojos
puestos más allá de 2016, como el senador Tom Cotton (de Arkansas), de
39 años y estrella en ascenso del partido.
En su discurso del lunes, este infatigable crítico del presidente Barack Obama no mencionó ni una sola vez a Trump.
La actitud del senador
ultraconservador Ted Cruz, defensor de la derecha religiosa, que puede
probar suerte de nuevo en la carrera a la Casa Blanca, es analizado bajo
la lupa.
“Lo que sé es que cada uno tiene la
obligación de seguir su conciencia”, declaró Cruz el miércoles en
Cleveland, al margen de la convención en un discurso sobre el recuento
de sus éxitos durante su campaña (ocho millones de votos en 12 estados).
En ningún momento pronunció el nombre
Trump en su intervención, interrumpida a momentos por sus simpatizantes
gritando “¡2020!, ¡2020!”.
Un detalle revelador: Mike Lee, el
senador de Utah del quien Cruz es muy cercano, hizo parte del grupo de
delegados anti-Trump que protestaron el lunes durante la convención para
la adopción de una moción sin votar.
El senador Marco Rubio (de Florida), exestrella que se apagó sin gloria durante las primarias, espera también resurgir.
Si Trump es derrotado, como lo espera
Rubio, y se aleja de la política ¿quién se enfrentará en las próximas
primarias dentro de cuatro años?
Ryan, Cruz, Rubio, Cotton, “pero también pueden muchos otros”, subraya Larry Sabato.
“Nos podríamos volver a encontrar con 17 candidatos en la línea de partida”, añade el politólogo.